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jueves, 28 de octubre de 2010

Fósiles hallados en El Cerrejón dan luces sobre la vida del bosque tropical hace 60 millones de años

Una roca abierta y marcada con las vetas de una hoja fue la primera señal de que el suelo que pisaba Fabiany Herrera era una ventana hacia el pasado.

Era 2002 cuando Herrera hizo ese hallazgo en las minas de carbón de El Cerrejón, en La Guajira, que terminaría por revelar el primer bosque tropical fosilizado del que se tenga noticia en el planeta. Pero llegar a esa conclusión no fue fácil. Fabiany, cerca de otros treinta geólogos colombianos y unos cuantos extranjeros debieron gastar meses enteros bajo el sol explorando el territorio, de unos 25 kilómetros cuadrados, y otros tantos limpiando y estudiando lo que encontraron. Herrera dedicó un semestre del 2003 a romper piedras, buscando fósiles de hojas y frutas. A las 6 de la mañana partía hacia algún punto lejano de la mina, recorría hasta 10 kilómetros diarios a pie como "buscando una aguja en un pajar", y a veces volvía, al caer la tarde, con las manos vacías. Sin embargo, durante su búsqueda logró colectar mil fósiles, que hicieron crecer las misiones de paleobotánica en la zona. En adelante fueron más los exploradores y más frecuentes y largas sus visitas al terreno. En esa rutina de picar la tierra para ver el pasado se fueron dos años, hasta que en el 2005 se toparon los restos de una tortuga de casi dos metros de largo. Era el primero de una serie de hallazgos de fósiles de reptiles enormes, que hace 60 millones de años habitaban un bosque en lo que hoy es la mina a cielo abierto más grande del mundo. Tortuga, primera sorpresa Para los exploradores, la recompensa al duro trabajo de campo es saber que "lo que encuentras estuvo millones de años esperando que tus ojos lo descubrieran". Así lo señala emocionado el geólogo Edwin Cadena, que se unió al trabajo por su conocimiento en tortugas. Buscando caparazones halló entre las piedras una vértebra de animal desconocido, y tardó dos años en salir de la duda. Los huesos eran de una serpiente, la Titanoboa cerrejonensis, la más grande de la prehistoria. Todo en paleontología se hace a paso lento. Recuperar un fósil de la tierra puede tardar dos semanas y dejarlo limpio de restos de piedra, dos años. "Se requiere mucha paciencia", señala Carlos Jaramillo, director del laboratorio de paleontología del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, con sede en Panamá, que junto con Cadena y Herrera fue coautor del estudio que reportó la Revista Nature la semana pasada. Para determinar que se trataba de una serpiente, tuvieron que seguir buscando hasta encontrar huesos de otros 28 ejemplares. A cada pieza la cubrieron con papel higiénico mojado y luego la forraron con vendas de yeso, porque "si no tienes cuidado, se vuelven polvo", señala Cadena. Luego, en un laboratorio de E.U., hicieron el proceso inverso y se concentraron en medir, analizar y comparar cada hueso. Y con las manos en la cabeza recibieron de expertos paleontólogos de ese país la noticia de lo importante de su hallazgo. Estaba confirmado, no había nada que superara en tamaño a la Titanoboa. Ni antes, ni ahora. Los restos del gigantesco animal volverán en dos o tres años a Colombia, a su origen. Y así, dice Cadena, el país hará gala de "una verdadera máquina de tiempo que permitirá descubrir mundos pasados". Estos fueron los exploradores Carlos Jaramillo Es geólogo de la Universidad Nacional y tiene un doctorado de la Universidad de la Florida en palinología, el estudio del polen fósil. En Colombia creó con seis compañeros de universidad una compañía de trabajos geológicos. Trabajó durante tres años en Ecopetrol, donde contribuyó en el hallazgo de grandes yacimientos, como el pozo de Gibraltar. Ahora es jefe del laboratorio de paleontología del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Panamá. Edwin Cadena Nació en Zapatoca (Santander) hace 30 años y desde niño se inclinó por la recolección y exploración de pequeños fósiles que encontraba en las salidas de campo. Incluso, después de graduarse de geología en la Universidad Industrial de Santander, reportó, con el aval del Museo de Historia Natural de Nueva York, el hallazgo del fósil de una tortuga de hace 130 millones de años que encontró en su pueblo natal. Ahora cursa sus estudios de doctorado en Gainesville (Florida). Fabiany Herrera Lo que más disfruta de hacer descubrimientos fósiles es tener la sensación de que otros pueden aprender de esto y que probablemente se inspiren en su trabajo para inclinarse hacia la geología, carrera que cursó en la Universidad Industrial de Santander. Este bumangués de 32 años recibió entrenamiento en el Instituto Smithsonian en Washington (E.U.) y posteriormente trabajó en la sede de estudios tropicales en Panamá. El año pasado se graduó de maestría en paleobotánica con una tesis sobre las condiciones del bosque tropical de hace 60 millones de años, y ahora avanza en doctorado. Otros hallazgos memorables El pliosaurio boyacensis En 1977 un campesino encontró en Villa de Leyva el fósil de un pliosaurio, reptil marino y predador, tan agresivo que comía tiburones. Vivió hace 130 millones de años y medía siete metros. El mastodonte de Pubenza En Pubenza, vereda de Tocaima (Cund.), encontraron los restos de un mastodonte de 15 mil años de antigüedad. Expertos calculan que medía más de 4 metros y pesaba 15 toneladas. Reptil pez de indios sáchica En Villa de Leyva fue hallado el esqueleto de un Ictiosaurio (reptil pez) , similar a un delfín. Está en el Museo Paleontológico de la ciudad. Medía de dos a cuatro metros y vivió hace 150 millones de años. Cocodrilos y criptodontes Villavieja (Huila), al lado del Desierto de la Tatacoa, figura como uno de los yacimientos paleontológicos más importantes del país. Han encontrado fósiles de primates, murciélagos y anacondas, entre otros. CAROLINA LANCHEROS R. REDACCIÓN VIDA DE HOY

Publicación
eltiempo.com
Sección
Vida de hoy
Fecha de publicación
7 de febrero de 2009
DIANA RIVERA

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